Mi Experiencia: Dar A Luz En Tiempos De Covid-19

 
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Mi Experiencia: DAR A LUZ EN TIEMPOS DE COVID-19

Por Joanna De La Garza

Fue el 5 de agosto del 2019, cuando me enteré que un bebé muy deseado venía en camino a cambiar nuestras vidas; sin embargo jamás me imaginé que meses más tarde lo que había sido un embarazo increíble se convertiría en semanas llenas de estrés y angustia gracias a la llegada del coronavirus.

Fue en la semana 39 de mi embarazo, justo en el momento en que las cosas se tornaron mucho más difíciles con la pandemia, cuando Marcelo decidió llegar al mundo. Llenos de nervios como papás primerizos y con muchísimo miedo por el covid-19, mi esposo Mauricio y yo llegamos al hospital, el cual por obvias razones tenía extremas medidas de precaución.


Como era de esperarse, en la entrada había personal de seguridad y personal médico quienes estaban encargados de tomarnos la temperatura, así como también nuestros datos para tener un registro muy específico de quiénes ingresaban a las instalaciones. Por paciente sólo podría entrar un acompañante, así que toda la ilusión de poder contar con la presencia y apoyo de la familia al momento del nacimiento de nuestro primer bebé, no pudo ser posible.

Al entrar al hospital encontramos un lugar con poco movimiento, había mucho silencio y el ambiente era demasiado tenso. Como cualquier embarazada, deseaba tener un buen parto y una recuperación rápida para poder salir de ahí lo antes posible y regresar a casa con mi bebé sanos y salvos; aunque por ser un primer embarazo y con el virus en su punto máximo no sabíamos que esperar, así que llegamos preparados para todo.

Días antes se nos había notificado que la cafetería permanecería cerrada, así que teníamos que llevar nuestra propia comida, bebidas, y uno que otro snack, además como no sabíamos con seguridad cuántos días íbamos a estar ahí, llevamos ropa suficiente para nosotros y todo lo que fuera a necesitar Marcelo, era tanto que hasta parecía que nos estábamos mudando al hospital. La razón era porque una vez dentro, no estaba permitido recibir nada que viniera de fuera y por si fuera poco, estaba prohibido salir del piso de maternidad, así que prácticamente nunca dejamos el cuarto que se nos asignó al llegar.

Fue una noche muy larga en la que enfermeras y doctores trataban de darnos toda la tranquilidad posible; aunque al mismo tiempo sabíamos que ellos también se encontraban llenos de temor e incertidumbre al estar expuestos al virus que para esos días ya rondaba por el hospital; sin embargo no hacían más que decirnos que todo estaba bajo control.  


A la mañana siguiente, el 25 de marzo de 2020 a las 11:42am escuche llorar por primera vez a mi Marcelo. Fue en ese momento en el que todo aquello que me causaba demasiada angustia simplemente se desvaneció, cuando lo vi por primera vez sentí una felicidad indescriptible, un sentimiento que no conocía, me llene de paz y supe que todo iba a estar bien. Afortunadamente tuve un parto muy bueno, mi bebé nació muy sano y yo tuve una recuperación rápida, así que al día siguiente pudimos salir del hospital.

Debo decir que ese ha sido uno de los mejores momentos en mi vida, el saber que todas esas semanas llenas de preocupación habían quedado atrás, y que por fin ya estábamos en casa, juntos y encerrados. Sobra decir que esta experiencia marcó mi vida, y sin duda me unió muchísimo más a Mauricio, la vida nos puso en una situación bastante difícil pero nada que juntos no pudiéramos superar.

Además me ha hecho valorar el tiempo y la convivencia con las personas que tanto amo y de jamás subestimar sus abrazos, que vaya que he extrañado demasiado últimamente. Estoy convencida que todo esto llegó a sacudirnos para hacernos reflexionar acerca de nuestra vida, recordarnos que vivamos más despacio, abrirnos los ojos y ser mucho más conscientes de nuestras acciones, que valoremos y disfrutemos el día a día, cuidemos de nuestros seres queridos y del planeta en que vivimos.


Sé que fui muy bendecida y privilegiada porque mi historia no tiene punto de comparación con la de otras mamás en las que sus casos fueron aún mucho más complicados, que lamentablemente estuvieron lejos de sus parejas, familias e incluso separadas de sus bebés al nacer.

Para todas ellas y para las embrazadas en tiempos de coronavirus, tengan la certeza de que pueden con esto y mucho más, son nuestros hijos los que nos recuerdan que si se puede y es de ellos de quienes recibimos ese impulso y motivación aún en los momentos más difíciles. Pero estoy segura que falta poco para voltear hacia atrás y todo lo vivido no será más que una parte sumamente importante de nuestra historia, que un día nos hizo reflexionar para crecer como personas y convertirnos en mejores seres humanos.


Joanna De La Garza

✨Wife 💛Mom
🎓Comunicóloga
🎙Locutora
📍🇺🇸🇲🇽

 
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